domingo, 22 de febrero de 2009

MI COSMOVISIÓN

El Cosmos está estructurado por una compleja red de relaciones de causalidad. Existen relaciones de causa a efecto entre fenómenos físicos, químicos, biológicos; en general cuánticos, mismos que el ser humano sólo es capaz de percibir de manera relativa.
El ser humano usando la razón (por medio de la inducción y la deducción) puede descubrir y establecer principios científicos de éstas relaciones de causalidad, y utilizarlos en la consecución de sus propósitos. Estos principios le dan forma y sentido a la naturaleza permitiéndonos saber lo que es normal o anormal. Solamente contemplando el universo a la luz de la causalidad es como se justifica la existencia del raciocinio humano. Sin causalidad ni regularidad fenomenológica, todo sería un caos en el que ni siquiera el ser humano, en el nivel de evolución en que se haya actualmente, sería capaz de encontrar un orden y un sentido.
En la naturaleza humana, como parte integrante del cosmos, también subyacen principios o leyes naturales que deben ser descubiertos por el ser humano y utilizados como guía para su comportamiento, desarrollo y realización humana.
En el actuar humano las regularidades no son fatales ni mecánicas, pero parten de una estructura lógica común a todos los seres humanos. En determinadas acciones sociales es posible establecer relaciones de causa a efecto. Al igual que existen relaciones causales entre los fenómenos físicos, biológicos y químicos, también hay vínculos causales en la conducta social del hombre. Si no pudiéramos prever los comportamientos de otros seres humanos nuestras relaciones serían imposibles. Aunque el actuar humano se guía por los principios racionales inherentes a la naturaleza humana en ocasiones se mezclan con las pasiones y los instintos derivándose actos irracionales que dañan a la humanidad.
Ante la necesidad que tienen un gran número de seres humanos de descubrirse a sí mismos y ser lo que realmente les corresponde ser, y ante el riesgo que corre la humanidad de extinguirse si no logramos neutralizar los comportamientos contrarios a las exigencias de nuestra naturaleza humana, y partiendo de la premisa de que toda sustancia tiende a conservar su propio ser, Daemonion, destina este humilde esfuerzo para ayudar a sus hermanos a conocerse a sí mismo.

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